Gurdjieff Dominican Group
Santo Domingo / República Dominicana
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Dos hermanos reunidos bajo una Meta común
por José Reyes
Conocí a Jelaluddin Loras en el año 1979, en Claymont, West Virginia.  Por ese entonces yo era miembro del Consejo de Directores de la Claymont Society.  Él estaba prestando su ayuda al 5to. Curso básico con la enseñanza de los Zikrs y otras prácticas espirituales de la tradición mevlevi.  Sentí una conexión con él aun antes de nuestro primer encuentro.
En aquel momento, los grupos en la República Dominican eran muy reducidos y la mayoría de sus miembros estaban participando en el 5to. Curso en Claymont.  Pasaron muchos años antes de que nos viéramos nuevamente.  Entonces, alguien me dijo que Jelaluddin estaba trabajando con un grupo en Seattle.  Intenté establecer contacto con él para invitarlo a la República Dominicana, pero nada se logró ni se materializó, quizás porque aún no estábamos listos.
Pasaron de nuevo muchos años, hasta que el pasado año 2002 sentí una urgencia irresistible de encontrarlo donde quiera que él estuviese.  Supe que estaba vivo pero, como no había habido contacto previo entre nosotros, no estaba seguro de dónde se encontraba o qué estaba haciendo en aquel momento.  Yo estaba seguro de una cosa:  él todavía estaba involucrado en las prácticas espirituales.  Finalmente, logramos localizarlo a través de la amiga de un amigo.  Ella fue muy amable en facilitarme su número de teléfono en Konia.  Lo llamé a Turquía con un poco de aprehensión respecto a cómo tomaría él mi llamada.  Sin embargo, tan pronto como pudo identificarme y me llamó "hermano", pareció como si hubiera sido ayer que nos vimos por última vez.
Me invitó a ir a Konia a quedarme en su casa por el tiempo que deseara, pero yo sólo disponía de una semana libre pues tenía compromisos en Alemania para impartir un seminario de Movimientos en Niederkumd.  Fue todo muy bueno para mí.  Ayunamos y hablamos mucho.  Me ayudó enormemente a comprender el camino de Mevlana y vi con claridad que sus prácticas siguen hoy día tan vivas como lo estaban cuando Mevlana enseñaba.  Lo invité a venir a Rep. Dom. para trabajar con los Grupos aquí.  Él accedió.
La siguiente ocasión en que nos vimos fue en Santo Domingo y el Grupo estaba también deseoso de conocerlo.  Nuestro siguiente evento fue el Seminario Sufi en Rep. Dom. desde el 10 hasta el 17 de abril del 2003.
El seminario fue indescriptible desde todos los puntos de vista en que lo definamos.  Fue precisamente "sentimiento", y poner los sentimientos en palabras es reducirlos a niveles ordinarios.  Un sentimiento sobrecogedor que todos experimentamos en el Grupo (éramos 42 participantes) fue ver cuánto nos pertenecemos mutuamente.  Poco a poco, los Zikrs matutinos lograron removernos de ese lugar central que parecemos ocupar la mayor parte del tiempo.  Sin duda alguna, la energía se iba acrecentando y a veces parecía como si el corazón estuviera a punto de estallar de tanto Amor.  Después de los zikrs de cada noche, un fuerte silencio parecía imponerse sobre la mayoría de nosotros y revestía nuestras mentes y corazones con el reconocimiento de lo Divino.  Recuerdo haberme preguntado a mí mismo, como si esto surgiera de alguna otra entidad dentro de mí, ¿Dónde has estado todos estos años?, sólo para responder con: "Por favor, perdóname".
A medida que los días avanzaban, una renovada sensación de ser se incrementó y nuevas e inesperadas experiencias emergieron hacia la superficie.  A menudo surgió el sentimiento de ser nuevamente un niño pequeño, sin malicia y profundamente respetuoso de Dios.  Su Grandeza, Su Misericordia y Su Amor fueron componentes inseparables de nuestra experiencia.  La realidad se hizo real, no en teoría o en palabras sino en los hechos.
Siento que el Zikr debiera ser un componente integral de nuestras prácticas semanales.  Tengo previsto practicarlo con mis alumnos al menos una vez por semana.  Todos mis seminarios incluirán seguramente la práctica de los Zikrs.  Tanto los Zikrs como los Movimientos son esenciales para un desarrollo balanceado del ser.  Estos deben complementarse mutuamente en lugar de sustituirse unos a otros.  Creo firmemente que el Sr. Bennett y Pierre vieron al Zikr como un poderoso instrumento y como tal lo hicieron parte de todos sus cursos básicos.
Jelaluddin posee un corazón muy grande.  Él está lleno de amor y verdaderamente refleja el espíritu de Mevlana.  Es el embajador de Dios, trayendo buenas nuevas a todos los que estén dispuestos a escucharlas.  Deseo que este reencuentro sea el inicio de una larga y duradera relación y que, además yo pueda ser un instrumento que ayude a traer bondad a la humanidad.
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